¿El regalo perfecto?

¿Es lo que quería?
Los científicos de lo social nos traen buenas noticias para las épocas de regalos y después de estudiar por mucho tiempo el tema de cómo la gente reacciona a los regalos, nos dan un buen consejo para los que regalan: No tienes que pasarlo mal al comprar un regalo.

Tú no estás obligado a pasar un montón de horas buscando el regalo perfecto para cada amigo o familiar de tu lista. La mayoría de las personas se contenta con un regalo rápido y fácil. Esto suena demasiado bien para ser cierto, pero ten la seguridad de que esto no es una estrategia  de algún perezoso de libro.

Los investigadores son rigurosos analistas de rituales en compras de regalos, siempre encuentran los mejores compradores de regalos para eventos y ahora tienen más datos que nunca y podemos estudiar sus consejos:

Muchos compradores de regalos se esfuerzan encontrar ese juguete fantástico o esa joyita súper original que se convertirá en un acto teatral cuando se abra el envoltorio. Pero el drama no es que el receptor del regalo quiera ese regalo, según nuestros científicos, los regalos están mal llevados cuando el que regala se centra en el momento de la entrega, mientras que el destinatario están pensando: ¿Y esto para que vale?

No haga regalos particulares. La gente a menudo da regalos “diferentes” (malos) porque se obstinan en comprar algo diferente para cada uno.

Cuantos más regalos compres, es más probable es que recolectes también algunas “caras raras”. Si quieres asegurarte el éxito, no tengas miedo de repetir regalo.

No se avergüence de repetir. Los investigadores han encontrado que la mayoría de la gente da por hecho que el receptor reregalará a otra persona el regalo, y asi pueden ofender seriamente al “regalador”. Pero estos mismos estudios revelan que la mayoría de los regaladores  no se ofenden porque saben lo que han regalado.

Una vez que regalan a alguien un regalo, se supone que el “regalado” tiene el derecho del “regalador” a disponer del regalo a voluntad.

Deja que tus homenajeados hagan el trabajo por ti. Ellos saben lo que quieren mejor que tú. Si han pedido algún regalo, compártelo en lugar de sorprenderlos.

Los psicólogos han visto que las personas que reciben regalos están más contentos recibiendo regalos de su lista que los regalos no solicitados, y en algunos casos son más felices si se obtiene dinero en efectivo. Pero, atención: No intentes dar dinero a tu pareja.

Si no estás seguro de lo que tu receptor quiere, mejor un regalo flexible.

Recuerda esto: La intención por lo general no cuenta. Esto se vio gracias  a un inteligente experimento realizado por nuestros científicos.
Los visitantes de un museo fueron colocados por parejas – aleatoriamente,  dos extraños, dos amigos o  dos familiares – después a uno de ellos se le llevo a otra habitación y se le propuso elegir un regalo de los regalos del museo, para el otro componente de la pareja. A algunos se les propuso que eligieran el regalo al azar, en cambio a otros se les propuso que tuvieran en consideración los gustos del otro.

Los que pensaron en los gustos del otro creían que, por supuesto,  su esfuerzo seria apreciado, pero el esfuerzo no importa. A pesar de que los receptores de los regalos sabían que estos se habían elegido al azar y que había sido elegido escrupulosamente, el resultado fue que les gusto tanto o más un regalo instintivo, como uno muy pensado.

Mientras que el regalo gustase,  no consideraban cuánta intención o pensamiento había detrás de él, especialmente si venia de alguien que no conocían bien.

Sólo había una situación en la que la intención contaba: cuando alguien recibe un mal regalo de un amigo o familiar. Los científicos creen que es porque el receptor eleva las expectativas del que regala.

Le dijeron al que recibía el regalo que le iban a dar un regalo parecido a un artículo de la tienda del museo que era muy solicitado, un artilugio con cinco bolas de plata que balancea y sirve para demostrar la conservación del momento. Pero a los receptores no les dieron un regalo tan bueno.

Los regalos disponibles para los receptores eran más baratos: una baraja de cartas, un colgante o un imán para nevera. Cuando abrieron los regalos más baratos, se llevaron una gran decepción, a pesar de que el regalo fue elegido por un amigo o familiar.

Aunque la baraja de cartas no era el mejor regalo, se consolaban por que al menos alguien sabía que les gustaba jugar a las cartas.

Así que si tiene miedo de fracasar al comprar un mal regalo, entonces deberías buscar un regalo que demuestre que por lo menos hiciste el esfuerzo de buscarlo.

La mejor razón para intentarlo es por la propia satisfacción de elegir el regalo, que puede ser una razón muy beneficiosa.

Cuando pasas tiempo pensando en un regalo para algún amigo o familiar, te sientes más cerca de la persona a la que vas a regalar, y eso te hace más feliz.

La conclusión de nuestros expertos después de sus experimentos en el museo: «Si quieres dar un regalo que sea apreciado, entonces te debes centrar en comprar un buen regalo y dejar a un lado si es un regalo muy buscado o no”.