Formas y lugares para dar un regalo

Cuando has elegido un regalo absolutamente perfecto, entregarlo simplemente no es lo suficientemente bueno.
Has comprado un pedazo de regalo para alguien especial y no puedes esperar ver su cara cuando abra el regalo. Mientras que el regalo siga en tus manos, la anticipación constituye hasta ese momento la sorpresa y la alegría.
Pero si realmente quieres quedar muy bien, no te conformes con presentar tu regalo sin la banda municipal.

Puedes tener éxito con la gran revelación, pero esto no tiene por qué acarrear mucho esfuerzo extra. Además, también le estarás dando a tu “regalad@” una gran historia para contar, cada vez que enseñe su nuevo regalito.

Convertir el momento de dar el regalo en un acontecimiento lo puede hacer cualquiera, con una reserva en un buen restaurante y después entregarlo en una caja de regalo bellamente envuelta, a los postres y a la luz de las velas, incluso una fiesta sorpresa sigue un argumento estándar una vez que el invitado de honor llega al lugar de la fiesta.
Pero las personas verdaderamente inspiradas pueden elevar el acto de dar y recibir en una experiencia mística.
Te damos alguna sugerencia para poder dar tus regalos de otra forma.

1. ¿Quién lo entrega?
El destinatario podría estar esperando el regalo y lógicamente piensa que serás tú el que lo entregue. Ahí es donde se puede introducir la confusión que lleva, en última instancia, a una gran sorpresa.
Encontrar a alguien que el destinatari@ nunca pensaria que entregaría el regalo.
La primera opción sería un niño pequeño, tal vez tú propio hijo, pero el trabajo también lo podría realizar una mascota obediente, que no diría nada por llevar una pequeña caja pegada al collar, o un vecino que pueda fingir que recibió un paquete por error.
Haga que su hijo u otra persona especial se acerque al homenajead@ con el regalo en la mano. No tienen que decir mucho (especialmente si es un perro), excepto “Esto es para ti”. Bajo estas circunstancias, prepárate a que te digan cualquier cosa cuando él o ella desenvuelva ese maravilloso regalo.

2. Paquete pretencioso.
Un poco de falsedad no viene mal, sobre todo si no se te ha dado bien en el pasado lo de dar regalos. El truco es poner algo de desilusión o decepción. Que rápidamente se convierte en alegría.
Se puede empezar con cajas vacías, lo mejor, pequeño electrodoméstico, suministros de oficina, productos de limpieza, cajas de herramientas y similares.
Y por descontado que metido dentro de ese caballo de Troya que es la caja estará el verdadero regalo en una y otra caja.
Puede que tengas que pedir a la persona que recibe el regalo que siga profundizando en la caja para encontrarlo, pero eso no arruinará la sorpresa.
Básicamente, tú quieres una reacción como: ¡No me lo puedo creer!

3. La búsqueda.
Este esquema requiere un poco más de trabajo pero también puede realizarse como actividad de grupo durante una fiesta.
En lugar de entregar un regalo envuelto, se entrega al homenajead@ un sobre que contiene la primera pista.
Puedes tener sólo algunas pistas o ir a lo loco con una larga lista de pistas para ir por toda la casa, bloque o incluso por todo el barrio.
Puedes atar cada pista a cosas, a personas o ponerlas en sitios divertidos y desafiantes.
La pista final, por supuesto, revelará la ubicación del regalo, por lo que debe ser una pista difícil.

4. El descubrimiento Inesperado.
En lugar de dar el regalo, puedes dejar que el destinatario acabe tropezando con él.
Ya sea envuelto o no, pon el artículo en algún lugar incongruente donde sepas que el “regalad@” pasa todos los días por ahí, como dentro de un botiquín, caja de cereales, maletín o armario.
Otras posibilidades podrían ser dentro de los zapatos que sabes que se va a poner y luego ver que hay algo que le estorba dentro del zapato para acabar con la gran sorpresa.
Esto funciona mejor cuando el sitio de la sorpresa encaja en una rutina que no cambia de un día a otro, por lo que el regalo es completamente desconcertante cuando aparece un objeto fuera de la norma.
¡Hay un anillo dentro del jabón!
Sólo asegúrate de no ocultar el regalo tan bien que se pasa por alto o se pierde o se desliza por el desagüe.

5. El lugar especial.
Piensa en los sitios que tienen un significado especial para ti y la relación que tienen estos sitios con la persona que recibe el regalo.
Estos sitios poseen un recuerdo que realmente pueden establecer un estado de ánimo que anticipe la entrega.
El lugar no tiene que ser un sitio muy cargado de recuerdo, pude ser el restaurante de la primera cita o el parque donde os disteis el primer beso.
O bien, se puede dar el regalo aprovechando otra actividad que sabes que le gustaría mucho, como ir al concierto de su grupo favorito o hacer una excursión a algún bonito lugar.
Donde quiera que vayas, asegurarte de que tienes el regalo en un lugar seguro y seguro hasta que llegue el momento adecuado.
Para maquinar el elemento sorpresa, se sugieren estas salida como una fiesta en sí misma, ninguna referencia al regalo o las ocasiones especiales implicadas.
Entonces, cuando llegues al lugar elegido, encuentra el momento perfecto y, voilà, aparece la caja.

Con sólo un poco de ingenio, puedes hacer la entrega del regalo casi tan agradable como el regalo en sí.

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